El hombre de por sí no se equivoca
y acierta cuando toma decisiones,
defiende sin ambages opiniones
que esgrime con el verbo de su boca.
El mundo mientras tanto a Dios invoca
que brinde con sus manos soluciones
y arranque del tirano las pasiones
que el negro de su entraña le provoca.
Irónico podéis llamarme, amigos
y admito que lleváis mucha razón,
os sobran de seguro los testigos
que afirman no sentirse el corazón.
Se jactan de mirar su propio ombligo
y matan cuando tienen ocasión